Paraje de La Muña

Paraje de La Muña
Fotografía de Jesús Joaquín López Moreno (2022)

Una almunia andalusí detectable por toponimia
La Muña es uno de los parajes que conforman la feraz Huerta de Ricote. Como otros, su topónimo procede de la lengua árabe. En el periodo andalusí, el término "munya", con el significado de "huerto", hacía referencia a una propiedad agrícola de recreo con una casa rodeada de jardines y tierras de labor que servía de residencia ocasional a un propietario de alta capacidad adquisitiva. Los restos de esta almunia no han llegado visibles a nuestros días, debiendo permanecer ocultos bajo el parcelario agrícola donde se da el topónimo, por donde discurría una de las acequias madres de la Huerta de Ricote. La presencia de esta almunia oculta, detectable por toponimia, estaría en relación con el dicho popular que todavía se escucha en boca de algún lugareño: "Rico Ricote, rico serás. Si la Olivera de la Muña hablara, qué felicidad".

El resto de topónimos medievales diseminados por el espacio agrícola confirman que la Huerta de Ricote fue diseñada, confeccionada y puesta en producción en el periodo andalusí, en total correspondencia con la cultura material registrada en los yacimientos arqueológicos de su alrededor, como lo son Cabezo del Algezar, Castillo de Ricote, La Ermita, Cabezo del Rife y El Borge (siglos XI-XIII). En efecto, el arqueólogo Arnald Puy Maeso, a partir de 14 fechas radiocarbónicas obtenidas de suelos enterrados, ha datado la construcción de este parcelario agrícola entre los años 989 y 1210 d.C.
Aproximación al paisaje y poblamiento de Ricote en el periodo andalusí
(siglo XI - primera mitad del siglo XIII). Autor Jesús Joaquín López Moreno (2020)

En la toponimia medieval de la Huerta de Ricote destacan nombres estrechamente vinculados con el espacio irrigado, como lo son el propio "La Muña", "La Romana" ("rummāna" = "granado") y el desaparecido "El Riad" ("riyāḍ" = "jardín, vergel"), revelando que esta huerta fue confeccionada en los siglos centrales de la Edad Media. Por su parte, el hidrónimo "El Paúl", propuesto como romandalusí ("*padūle" = "charco, laguna"), vendría a probar que el espacio donde se ubica no estaba desecado y puesto en producción con anterioridad a la consolidación de la lengua árabe en el territorio (siglo X).

Del resto de topónimos documentados en el momento de la expulsión de los moriscos (1613) destaca "La Tahalí", nombre de lugar que no ha llegado hasta nuestros días y que hacía referencia al espacio agrario dado en torno a la Fuente Buena, el principal manantial que han tenido los ricoteños para abastecerse de agua para beber. Parece proceder del beréber "tahala", con el significado de "fuente". Esta propuesta permitiría remontar al periodo andalusí el aprovechamiento de este manantial para consumo humano. Como en otras zonas del Valle de Ricote, el registro de toponimia beréber indicaría la presencia de población norteafricana y el empleo de su lengua. En este sentido, el nombre de lugar "Parabailla" podría proceder del compuesto árabe "Barr al-‘Arabiya» ("Tierra de los Árabes"), que evidenciaría que la mayor parte del poblamiento ricotí era beréber. El desaparecido topónimo "El Árabe" ("al-ʻArabī") vendría a confirmar esta hipótesis.

¿Dónde se localizó el poblamiento de Ricote con anterioridad a finales del siglo X?
Gracias a la contribución del ricoteño Dimas Ortega López se conoce que el origen administrativo del Valle de Ricote está en los yacimientos arqueológicos del Salto de la Novia y de la Pila de la Reina Mora (Ulea-Ojós). Hablamos de un asentamiento prehistórico, antiguo y altomedieval localizado en la margen izquierda del Río Segura y aludido en la documentación como "Rikūṭ", cuyo topónimo de origen prelatino parece referirse a la voz "roca". Quizás este nombre tenga su origen en la muela rocosa que protege al pueblo de Ulea, sobre el que se asienta el yacimiento de la Pila de la Reina Mora. Su área constituyó el primitivo lugar habitado desde las sociedades metalúrgicas prehistóricas, incluida la ibérica. Con unas 6 ha de extensión, los dos yacimientos separados por un gran cantil formaron un castrum en la antigüedad tardía; enclave que controlaba la ruta fluvial y la vía de comunicación que unía Carthago Nova y el interior de Hispania.

Yacimientos del Salto de la Novia y de la Pila de la Reina Mora (Ulea-Ojós)
Autor: Jesús Joaquín López Moreno (2019)

Como relata Ibn Hayyān (988-1076) en la tercera parte de su Muqtabis, fue en el año 896 cuando se produjo una expedición emiral de las tropas cordobesas contra los rebeldes de Tudmīr; territorio del sureste dominado por el muladí de Lorca Daysam Ibn Ishāq. El primer pasaje de la historia del Valle de Ricote relata que la expedición omeya contra el territorio de Tudmīr llegó al poblado fortificado de Rikūṭ, emplazado junto al Thader; hecho histórico donde los habitantes muladíes de Ricote se enfrentaron y vencieron a las tropas enviadas por el emir de al-Ándalus ‘Abd Allāh (888-912 d.C.).

La detallada narración de Ibn Hayyān ofrece datos significativos para conocer la estructura urbana del ḥiṣn Rikūṭ y contribuir a su identificación. Al parecer, sus habitantes, afines a Daysam Ibn Ishāq, tuvieron noticias de las actuaciones de devastación emprendidas por el ejército omeya contra otros lugares del rebelde, de ahí que tuvieran tiempo para preparar la defensa, plantar batalla y ofrecer una firme resistencia contra un ataque que se produciría el 3 de agosto. Los soldados emirales rebasaron el primer cinturón de murallas del poblamiento (hizām), obligando a los habitantes a refugiarse en la alcazaba, mientras se llevaba a cabo el saqueo, empleando parte de la soldadesca para retirar el botín hacia su campamento, quedándose el resto como retén militar. El ejército, una vez había conseguido rebasar la primera línea defensiva, no estaría preparado para atacar la alcazaba, que debió ser inexpugnable para invadirla con inmediatez. Debieron darse cuenta los de Ricote, decidiendo contraatacar desde ella a los que quedaron de retén. El resultado fue que los locales les infligieron una espantosa derrota, matando a un buen número de infantes. Los que no fueron muertos por las armas de los habitantes de Ricote, acabaron ahogados en el río, donde se precipitaron por el empuje.

Yacimiento del Salto de la Novia (izquierda) y área excavada entre 1970
y 1972 (derecha). Fotografías de Jesús Joaquín López Moreno (2006)

Yacimiento de la Pila de la Reina Mora (izquierda) y una de las murallas
del Salto de la Novia (derecha). Fotografías de Pedro López López (2007)

Pocas décadas después, el geógrafo Ahmad al-Rāzī (887-955 d.C.), en Ajbār Mulūk al-Andalus, localiza el lugar de Riqūṭ junto al río (Nahr Tudmīr) a 18 millas de Murcia (unos 33.426 m), correspondiéndose esta distancia entre el centro histórico de esta ciudad y los yacimientos del Salto de la Novia y de la Pila de la Reina Mora. Con posterioridad, a mediados del siglo XII, al-Šarīf al-Idrīsī (fallecido hacia 1165), al describir el camino de Murcia a Segura en Uns al-Muhay, ubica el ḥiṣn Riqūṭ a 20 millas de la capital (unos 37.151 m), correspondiéndose exactamente con el Estrecho del Solvente, en cuya margen derecha se localizan las ruinas del Castillo de Ricote. La comparación de las fuentes de al-Rāzī y al-Idrīsī constituye una prueba de primer orden, junto con el texto de Ibn Hayyān, para localizar el primitivo asentamiento de Ricote en los yacimientos del Salto de la Novia y de la Pila de la Reina Mora.

Camino tradicional de Murcia a Segura descrito por al-Idrīsī
(tramo Villanueva del Río Segura - Cieza)
Autor: Jesús Joaquín López Moreno (2015)

Autor: Jesús Joaquín López Moreno (2022).


Bibliografía
LÓPEZ MORENO, J. J., El Valle de Ricote a través de sus fortalezas. Rutas históricas por su poblamiento antiguo y medieval, Natursport, Murcia, 2008.

ORTEGA LÓPEZ, D., "Orígenes del Valle de Ricote: la ciudad romana de Rikut", Actas I Congreso Turístico Cultural del Valle de Ricote. Abarán 8 y 9 de noviembre de 2002, Abarán, 2002, 147-155.

POCKLINGTON R., "El análisis de la toponimia por capas lingüísticas. La Huerta de Ricote", en CASANOVA, E. ed., Onomàstica romànica: antroponímia dels expòsits i etimologia toponímica, especialment de València, Valencia, 2017, 749-761.